Bárbara


Era una chica de muy extraña. Su forma de vestir era peculiar. No es que vistiese mal, sino... diferente. Hablaba a borbotones, muy rápido y te miraba a los ojos con avidez, como si intentase beber de ellos o descubrir tus más oscuros secretos.

Tenía, además, unas ideas muy particulares. Sobre la muerte, por ejemplo. Decía que podía sorprenderte en cualquier momento, y que por eso ella siempre estaba alerta, esperándola. Porque quería dedicarle su último pensamiento a él.

– Quiero morir tranquila – decía– sabiendo que mi último aliento, mi último suspiro, serán para él, y así moriré con una sonrisa en la boca y con un pensamiento feliz.

Cuando le preguntabas quién era él, se sorprendía y te miraba asustada, como si estuvieses violando su intimidad. Y entonces cambiaba de tema, o bien se daba la vuelta y se iba en otra dirección.

2 comentarios:

Dara dijo...

(ahora me da curiosidad saber cuál sería su postre favorito)



pd: cosquillas

Elia dijo...

me encanta la foto, es tuya ?
y yo creo que a eso se le llama... casualidad :P y como es que vives en francia, si no es mucha indiscreción ?
un beso !