Emily es fotógrafa


No soy una chica especialmente sociable. Soy más bien timida, y no me gustan loas grupos grandes de amigos, ni las aglomeraciones, ni las fiestas, pero me gusta la gente. La gente muestra muchas más cosas de las que cree al mundo. Y yo soy capaz de ver eso.

Soy fotógrafa. Quizá por eso no soy una chica especialmente extrovertida. A través de mis fotos, a través de mi objetivo, veo todo aquello que la gente no muestra en un principio. Todo lo que ve mi cámara son sentimientos humanos, y eso me reconforta y hace que me sienta un poco menos sola...

Atalanta Marggie



Atalanta Marggie estaba sentada en clase, fingiendo atender. En realidad, Atalanta planeaba una venganza contra el estúpido de Jamie Harrington. Aquel cabeza dura, sin sesos, tonto y feo pensó que sería divertido ver como era el uniforme de Atalanta de otro color, y le había echado agua manchada por encima. Atalanta había intentado limpiarlo, pero la mancha no salió bien.


Jamie Harrington iba a pagárselas, nadie se metía con Atalanta Marie Marggie Smith y salía impune. Y de pronto, vio la oportunidad,...

Hola tú

-Hola, tú.

-Hola, yo- dijo Amie, sonrió y se desperezó.

-¿Como te sientes?

-Mmm,...querida, ¿y tu?

-Mas o menos igual- dijo cogiendo su mano.

-Supongo que eso es bueno, ¿no?-y subiendo las sábanas, se acurrucó e intento dormir.

Estudio de fotografía


Cuando Anna Marshinova llegó al estudio de fotografía, había dejado de sentir sus pies hace tiempo. Los tacones y el frio la estaban matando, y mientras buscaba el pase que le pedía la recepcionista, vió varios mensajes sin leer y llamadas perdidas en su movil.

No tenía tiempo. Subió de dos en dos las escaleras y llego sin aire al piso superior, donde un equipo de estilistas, maquilladores y ayudantes empezaron a desvestirla sin cruzar ni un "Buenos días" con ella. Cuando Martín Shroeder, el fotógrafo, llego una hora tarde, Anna llevaba ya un buen rato vestida con un enorme abrigo color azul klein, un cinturón-corpiño que le impedía recuperar el aliento perdido después de la carrera hasta allí, y unas plataformas que hacían suplicar a sus pies el regreso a sus tacones habituales.

Pintada como una muñeca, y con el pelo recogido en un peinado estrambótico, de repente alguien le susurró al oido "Hola, nena. Pon morritos y posa para mí".

Martín ya estaba preparado, y ella empezó a ser otra.

Teléfono


-...¿diga?

-¿Ellie?Soy yo.

-¿Qué yo?

-Martina, boba, ¿quien va a ser?

-Ah...Hola cielo,no te reconocía la voz.¿Qué tal estás?

-Estoy, y punto. Tenemos que quedar, tengo algo importante que contarte.

-¿Y no vale por teléfono?

-No, no vale. Necesito verte la cara cuando lo oigas...

-Marti, no me asustes, ¿eh?

-...

Dora

A Dora le gustan mucho los globos. Los rojos, especialmente, porque a través de ellos el mundo, dice ella, es mas bonito.

"Como en la canción" me espetó "Esa francesa, la que le gusta a mamá". "Dora, eso es "La vie en rose", color de rosa", le dije cariñosamente; "Menuda tontería, el rojo es mil veces mas bonito", y se alejo corriendo, con el zapato desatado.

Sophie llega tarde

Mientras esperaba en el café a que Sophie llegara, Emily pidió un café. Estaba tan absorta mirando a traves del cristal empañado, haciendo dibujitos, escribiendo y observando la calle, que para cuando se dió cuenta, el café ya estaba frío.

Sophie llegaba tarde otra vez. Siempre lo hacía. Emily se puso a leer el periódico que había sobre la mesa. Contó las mesas y los comensales que había en cada una. Memorizó los precios de la carta. Contó siete cambios de color en el semáforo.

Finalmente, tras el tercer café, Sophie llegó:

-Lo siento, lo siento, lo siento,... el trafico era horroroso. Dejame ver la carta y ya pedimos.
-No te hace falta, me la sé de memoria, hay...

Llueve mucho


-¿Por que me sigues?

-Tienes paraguas, y fuera llueve mucho.

-Búscate la vida, David.

-Pero, ¿qué mas te da compartir tu paraguas? Son solo un par de calles.

-Ya, pero es que hoy no voy por donde siempre; tengo dentista.

-Solo un poco, Marta, sólo hasta la entrada del metro.

-Mmm..., está bien, pero es la ultima vez, ¿me oyes?. Siempre termino cediendo.

-Será porque me quieres...


Marta sonrió, y abrió el paraguas.

Suzie no quiere ser Suzie

Aquella mañana, cuando Suzie Abeytroth se despertó, se quedo tumbada en la cama pensando mientras Camie, la perrita, le pedía caricias. Mirando al techo, Suzie se dió cuenta de dos cosas: que la esquina de la pared tenía un color violeta distinto al resto de la habitación y que Suzie Abeytroth no era un buen nombre. Bajó de la cama, se puso las zapatillas y bajó trotando las escaleras.

Cuando llegó a la cocina, su desayuno ya estaba listo, y sus padres estabán leyendo el periódico:

-Mamá, no quiero ser nunca más Suzie Abeytroth.
-¿Por que, Suzie?¿No te gusta vivir aquí?
-No, mami, me refiero a que llamarse Suzie no es muy elegante, y yo quiero ser una mujer elegante.
-Bueno, cielo, tienes 6 años. A tu edad no se puede ser muy elegante, ¿no crees?
-No, pero da igual. Quiero un nombre mas bonito, mami. Como Theresa, o Marie, o ...
-¿Y por qué Suzie no es un nombre bonito, cariño? A mi me parece precioso.
-Claro, mamá, lo escogiste tú...

...el Porqué.



Siempre quise ((de hecho quiero)) ser fotógrafa, y siempre me habria gustado ((esto si que ya no , porque...mm...como que no me veo)) ser escritora.
De pequeña escribia cuentos cortos sobre bichitos que tomaban el té, o que iba a pescar, y se enamoraban...cosas de niños!!Un dia un virus de esos que estan ahí para amargar al personal lo borró todo...una pena, la verdad es que se me veía una niña con talento ((cáptese la ironía)).
Ahora lo retomo.Porque sí, porque me apetece escribir.Pero lo mio no empieza por el principio, porque todo lo que empiezo por el principio, Dios sabe por qué ((y yo también)) nunca lo termino.
Esto son fragmentos, fragmentos inventados, de historias, historias inventadas... el principio y el final os lo dejo a vosotros.

Espero que os guste :).
Gracias por visitarme.