Adiós Caroline


- ¡ No es culpa mía, Adam, no lo es!-

Caroline parecía fuera de sí cuando empezó a gritarme. Su mano, delgada y muy frágil, en sintonía con el resto de su cuerpo, agarraba con fuerza el respaldo de la silla, hundiendo sus esqueléticos dedos en la espuma forrada de terciopelo rojo. Sus ojos temblaban, y se movían rápidamente por toda la habitación, buscando cualquier cosa en la que posarse. Cualquier cosa que no fuese mi cara.

- ¡No....no lo es! ... la sigues queriendo, Adam, y no es justo. Lo he intentado, de verdad que si, pero no puedo más. Eres demasiado autodestructivo, la buscas una y otra vez... ¡estás obsesionado con ella! Y no lo entiendo, Adam, de verdad que no. Porque sabes que ella te quiere, lo sabes, y aun así no estás con ella. Y me utilizas a mi, Adam, para intentar darle celos. Y no lo consigues, sabes que no. No puedes con ella, juega contigo como con un pelele, te coje y te tira igual que coge y tira una revista cuando ya le aburre... Y aun así, aunque te trate mal, aunque tu intentes darle celos, aunque los dos intenteis con todas vuestras fuerzas haceros daño, y lastimaros.... seguis igual. Seguís enganchados. ¿Por qué, Adam, por qué?

Y en ese momento, lo que hasta entonces habían sido sollozos entrecortados por el hipo dieron paso a un lamento profundo y grave, y a unos surcos enormes que le recorrían el rostro. Bajó lentamente la cabeza hasta apoyarla en la mano que tenía sobre el respaldo. Y así, viendo a Caroline hundida y encorvada, dolorida y rota, fue cuando me dí cuenta de que tenía razón.

- No lo se, Carol... pero es así. Siempre seremos nosotros. Aunque estemos con otras personas, aunque nos casemos y tengamos hijos con otros, aunque parezca que toda nuestra vida ha cambiado... nosotros siempre seremos así, siempre. Puede que tengas razón, puede que seamos autodestructivos... pero no la cambiaría por nada. Y no la sustituiría por nadie. Es ella. Mi ella. Lo siento, Caroline. Adiós.

Y mientras cerraba la puerta  de aquella casa, que había sido mía los últimos dos años, empezé a marcar tu número.

9 comentarios:

YLM-SPAIN dijo...

Que historia de amor tan intensa y que historia de desamor tan dura...¡Genial!

MaríaB dijo...

¿Nunca te presentaste a algún concurso? Me parecen estupendos tus relatos :)

Los zapatos tengo que esperar a que me llamen :(

Luciérnaga dijo...

Cuando te enganchas a cualquier cosa, al final no es fácil soltarse(:

Dara dijo...

Ella siempre ganaba precisamente por ser ella.


Un miau ruso

AAN dijo...

Complicado ser ella, o ser él, o ser la persona del otro lado del teléfono, que espera ansiosa la llamada...

YLM-SPAIN dijo...

Te he dejado un premio en mi Blog, pásate a por él si te apetece...

Albademadrugada dijo...

Qué bonito, y qué triste a la vez!
(gracias por tu comentario :)
besitoo

Coco Capitan dijo...

Pobre Caroline, Coco.

Shopaholic dijo...

Que precioso!! si es que no se que decir, que siempre me dejas sin palabras!!!

Un besazo!