Sarah


Cuando se dio cuenta ya era demasiado tarde. Huía de casa, prefería estar sola en la calle hasta muy tarde, cuando sus padres ya dormían y ella podía acostarse sin sentir ningun mirada de odio clavada en la nuca.

Nunca se lo dijo a nadie. Sintió que quizá debería contárselo a sus amigas, ellas la querían y sabía que la apoyarían y entenderían. Pero nunca la comprenderían. Sentirse mentirosa, despreciada, odiada y rastrera cuando entras en tu hogar es algo que nadie debería comprender.

Y quizá porque estaba ya tan acostumbrada, cada vez pasaba con más facilidad de la indiferencia al odio. Al odio profundo, y eso le dolía. Porque nadie debería albergar tanto odio en su corazón, un odio que amargue hasta a la persona más dulce. Pretendía consolarse pensando que ese odio era el que había recibido y acumulado a lo largo de los años. Y eso la enfurecía aún más. ¿Por qué la odiaban?

Y un día, en uno de sus largos paseos sinsentido, en que sus manos se cerraban cada vez más frecuentemente formando puños, su ceño se fruncía y soltaba un desagradable "¿qué miras?" a cualquier transeúnte un poco despistado, lo vió. Nunca se habían hablado, llegando a despreciarse mutuamente, pero en aquel momento relajó sus manos y caminó con paso firme hacia él. A pesar de no llevarse bien, a pesar de mantener una relación inexplicable de complicidad no acordada, sabía que él siempre estaba allí. Aunque estuvieran las amigas, aunque estuviera el resto de su familia... él siempre estaba allí, en silencio.

-Jamie, estoy mal...

Y Jamie la abrazó en silencio, muy fuerte, y espero con paciencia a que todo el odio que Sarah tenía saliese de su interior.

6 comentarios:

Miss at la Playa dijo...

qué bonito... son los finales que me gustan

Anónimo dijo...

Aunque este Jamie, siempre estan las amigas...

Anónimo dijo...

aunque te parezca absurdo y exagerado , me siento totalmente identificada. Podía ser yo jeje

Fdo : una anónima que tiene un blog que pretende ser anónimo, ya tu sabes no? ;)

Richel dijo...

qué bonito!

Anónimo dijo...

se te echaba de menos!
pon un Jamie en tu vida... existen de verdad!
encantadora historia.
xxx
i.

glo dijo...

con que todo el odio sale con un abrazo? eso está bien :)