Hipócritas


Apoyada en la pared, Paula jugaba al solitario en su ordenador. Al otro lado de la cama, Demi y Jacob, sentados uno al lado del otro, miraban la tele. El resto del grupo se repartía por la habitación.

Fue un comentario cortante, como era habitual entre ellos, lo que desató la pelea. Los demás ni siquiera se percataron hasta que Paula cerró el ordenador de golpe y salió de la habitación, furiosa. Nadie la siguió, sólo se oyó un portazo y cómo bajaba las escaleras a trompicones.

– Oye, sé que no os lleváis muy bien, pero haz un esfuerzo. Es mi amiga, es importante para mi – Demi miraba a Jacob, y éste la miró de mala gana – ve a pedirle perdón, no seas borde.

Jacob salió y alcanzó a Paula antes de que saliese al jardín. La agarró del brazo mientras ella forcejeaba y evitaba mirarle a la cara. Finalmente se dio la vuelta y le miró a los ojos, directamente. Su maquillaje estaba corrido y se había mordido los labios. Se zafó de Jacob y se alejó.

– ¿Por qué lo haces? ¿Por qué eres así conmigo? Eres una mala persona, una muy mala persona. Eres cruel y mezquino, y mentiroso... – Jacob se abalanzó sobre ella y la besó, rodeándola, alzándola en la pared. Paula le miró, con la voz todavía temblando – Esto está mal, Demi esta arriba. Ella te quiere y a mi me importa. No le hagas esto, Jacob.

– Oh vamos, no seas hipócrita – y volvió a besarla, y se besaron, de un modo desgarrador y animal, con pasión y desenfreno.

– Te odio, capullo – susurró Paula, y sonrió en su boca.